A diario se menciona en diferentes países hispanohablantes el concepto de tomate, aunque no siempre el término posee la misma acepción. Esto ocurre porque este vocablo con origen en el nahuatl tomatl no sólo identifica al exquisito fruto comestible de una planta conocida como tomatera.
Tomate, según se desprende de la práctica, es también el nombre de un juego de naipes, un sinónimo de pelea, escándalo o riña y el término que permite describir a la rotura que se detecta en ciertos accesorios y prendas de vestir.
Ahora que ya hemos mencionado los diversos usos posibles, centremos la atención en la idea de tomate como alimento para descubrir las múltiples variedades posibles de este producto presente en numerosas recetas de cocina (tales como el gazpacho, los tomates rellenos y los fideos con tuco, entre muchos otros menúes).
En primer lugar, se puede distinguir al tomate fresco del tomate procesado (aquellos que se comercializan en lata o envases de cartón y se destinan a salsas, puré o pastas). Con los tomates desmenuzados se suelen preparar, por ejemplo, jugos y bebidas alcohólicas.
También es posible adquirir tomates deshidratados (también conocidos como secos por el aspecto y la textura que alcanzan tras ser expuestos al sol con fines de secado), tomates cherry (variedad que se caracteriza por su tamaño diminuto), tomates pera o perita (planta de carácter anual cuyos frutos se suelen utilizar como ingrediente de ensaladas) y tomates verdes (variedad verdosa que nace de una especie americana), por citar otras clases de tomates.