Lobo, en ocasiones, es un término que se utiliza como apellido (como ocurre con el argentino ya retirado del tenis Luis Lobo y la actriz también argentina Natalia Lobo), pero en otras este concepto originado en el vocablo en latín lupus se emplea con fines artísticos para dar nombre a espectáculos teatrales y/o series televisivas, así como para describir personajes en cuentos, novelas o películas (Ejemplos: el Lobo Feroz de “Caperucita Roja” y “Pedro y el lobo”).

Ahora bien, ¿qué se describe cuando se cita la noción de lobo? A fin de responder este interrogante, hemos consultado a la Real Academia Española (RAE), donde en primer lugar se presenta a esta palabra relacionada al reino animal. Según se cuenta, un lobo es un mamífero de cola alargada y pelaje oscuro que vive en estado salvaje mayormente en territorio español (aunque pueden hallarse diversos ejemplares en distintos rincones del mundo).

Algunas líneas más abajo, se informa que lobo es también la denominación que se le otorga en el ámbito de la hilandería a un artefacto que facilita el proceso de limpiado y desenredo del algodón. En otras épocas, asimismo, lobo supo ser un término empleado para hacer mención a un poderoso garfio de hierro que servía como recurso eficaz a la hora de defenderse desde la cima de una muralla.

Resulta interesante resaltar por otra parte que este concepto suele complementarse con otras palabras para dar lugar a expresiones compuestas que ofrecen precisiones sobre el tipo de lobo citado. Así, entonces, es posible hacer referencia al lobo cebado, al lobo indio, al lobo de bosque oriental, al lobo de la tundra, al lobo marino, al lobo escorchado y al lobo cerval, entre otros.