El elemento dañino que los expertos en informática conocen como virus puede introducirse en la memoria de un ordenador sin que el usuario sea consciente de ello y alterar el normal funcionamiento del equipo.
Estos programas poseen diversos grados de peligrosidad, pero así como existen algunos inofensivos que no generan demasiados inconvenientes, hay en circulación virus poderosos que son capaces de destruir de forma total los datos almacenados en una computadora.
Para evitar o minimizar el riesgo de que cualquiera de ellos ataque la unidad y provoque daños se pueden llevar a cabo estrategias de prevención como las de no leer mensajes enviados desde direcciones electrónicas desconocidas ni instalar software de dudosa procedencia, así como también es posible instalar antivirus y generar filtros de ficheros.
Son varios los tipos de virus que se han detectado hasta el momento y, tras analizarlos, no sólo se puede advertir que poseen múltiples funciones y modos de ejecutarse sino que también pueden ser agrupados en distintas categorías de acuerdo a sus particularidades.
Un troyano, por ejemplo, es aquel software malicioso capaz de robar información o alterar el sistema del hardware hasta el punto de permitir la administración remota a un usuario no autorizado. En cambio, un gusano es un malware que se duplica a sí mismo y ocasiona inconvenientes en la red. Frente a este elemento, hay quienes prefieren no utilizar la denominación de virus ya que no altera los archivos de programas ni infectan a la computadora, aunque en la práctica los usuarios suelen utilizar a ambos términos como sinónimos.