De conversar con un historiador, seguramente nos acerquemos a la idea de Troya desde el concepto de una ciudad antigua y, a partir de este contexto, entendamos que los troyanos son quienes habitaron el lugar.
Un experto en Informática, en cambio, presentará a los troyanos como un software malicioso disimulado dentro de un programa que aparenta ser inocuo o bien hará alusión al Troyano Hardware, expresión que engloba a los circuitos integrados que han sido modificados con malas intenciones para, por ejemplo, destruir componentes o desactivar mecanismos de seguridad. De profundizar en el tema, brindará detalles sobre diversas categorías de troyanos, ya que existen clasificaciones de acuerdo a la complejidad, la función y el poder de daño. El troyano backdoor, por mencionar una posibilidad, tiene la particularidad de habilitar un acceso atípico al sistema. El drooper, ejecuta diferentes códigos maliciosos; el keylogger, en cambio, es aquel que controla y registra toda la información que se ingresa por medio del teclado. El troyano bancario, el troyano downloader y el troyano bot diversifican al conjunto.
Resulta interesante resaltar que, si en la charla interviene un especialista en Astronomía, por otra parte, adquirirán relevancia los asteroides troyanos, tal como se define a los asteroides que acompañan la órbita de un cierto planeta en relación a los puntos estables de Lagrange (como los troyanos de Júpiter).
Asimismo, es posible distinguir en otras circunstancias un uso religioso (hay un santo francés que se conoce como San Troyano), un apellido (como ocurre con el ciclista de origen español Enrique Troyano) y el nombre de un documental (titulado, simplemente, “Troyanos”).