Uno de los medios de transporte más populares a nivel mundial es el tren. A diario, un gran número de ferrocarriles se desplaza sobre vías localizadas en distintas ciudades para llevar cargas y personas a diversos destinos.
Si analizamos las características de los trenes de pasajeros podremos advertir que existen múltiples modalidades en función de las distancias que cubra cada formación. En este sentido, es posible distinguir entre trenes de corta distancia (como los trenes regionales y los trenes metropolitanos) y trenes de larga distancia.
Como hace muchos años que funcionan las locomotoras y los vagones, hay algunas denominaciones de tren que ya han perdido vigencia y otras que han ganado trascendencia en los últimos tiempos. Antes, por mencionar un caso puntual, era común que en suelo español se hiciera referencia a nivel coloquial al tren botijo (con frecuencia de verano), así como muchos solían definir como tren de escala a aquellas formaciones que paraban en todas las estaciones.
Otras clases de trenes que complementan a los citados líneas arriba: tren ómnibus, tren rápido, tren mixto, tren expreso, tren descendente, tren de gran velocidad, tren de levitación magnética, tren reversible, tren de juguete (para diversión infantil y entusiasmo de los adultos que coleccionan esta clase de objetos hay propuestas a batería con luces y sonidos y trenes eléctricos que se comercializan con toda la estructura necesaria para el desplazamiento adecuado de la formación)…
Cabe resaltar por otra parte que los expertos en Aeronáutica utilizan la expresión “tren de aterrizaje” para aludir a un sistema que poseen los aviones para aterrizar y despegar. Asimismo, los especialistas en cuestiones relacionadas a la Física indican que el “tren de ondas” es el grupo de ondas sucesivas que poseen un mismo origen.