Muchas cajas de uso general, productos utilizados en el ámbito de la cocina, frascos, botellas y huecos en los cuales se guardan o localizan cosas están protegidos, resguardados o cerrados con tapas. Esta palabra, como sabrán, también se extiende al plano editorial y a las publicaciones impresas ya que se suele hablar de tapas a la hora de hacer alusión a portadas de revistas o libros.

Asimismo, según se deduce de la teoría, es posible aprovechar la noción en Gastronomía (para identificar a una clase de corte de carne vacuna, a la masa que se emplea para hacer empanadas y a una especialidad de ciertas cocinas que se sirve como aperitivo, sobre todo en suelo español) y Geografía (por ser Tapa el nombre de una ciudad perteneciente a la República de Estonia). Por otra parte, hay quienes dicen que en Macedonia y Bulgaria posee mucha popularidad un juego similar al Backgammon que se identifica como Tapa.

Al analizar las aplicaciones y alcances de este término, quedan al descubierto numerosas categorías que permiten conocer más en detalle los usos de esta palabra. Frente a publicaciones impresas, por mencionar una alternativa puntual, es posible discriminar entre obras de tapa dura (el encuadernado tiene una portada y un lomo rígidos) y obras de tapa blanda (más rústica, liviana y fácil de maniobrar respecto a la otra opción).

Más allá de las definiciones y clasificaciones mencionadas líneas arriba, resulta interesante tener presente que tapa es, por otra parte, una conjugación del verbo tapar: “Debo cortar mi cabello, ya me tapa los ojos y los hombros”, “Por vergüenza, mi hija cada vez que la reto se tapa la cara”.