Con origen en el vocablo francés rampe, el concepto de rampa puede referir tanto a una superficie que presenta una terminación en bajada y a una planicie de cierta inclinación que puede aprovecharse para subir o bien bajar a través de ella, como así también a una construcción que puede destinarse a prácticas deportivas o bien facilitar el desplazamiento de ciertos individuos por la vía pública que, por múltiples razones, no pueden hacer uso de escaleras.
Las rampas diseñadas con fines deportivos, por ejemplo, permiten aprender, ejercitar y sumar experiencia en materia de snowboard, skateboard, patín o ciclismo acrobático, entre otras disciplinas. Estas bases, que presentan diferentes alturas, formas y niveles de dificultad, resultan ideales para ensayar maniobras, preparar saltos y establecer una rutina de saltos y giros en vistas a un show o concurso.
Cabe resaltar también que, a nivel general, pueden encontrarse rampas planas y otras de carácter helicoidal.
Las rampas que no tienen profundidad y tienen un mecanismo simple que no exige la inclinación acentuada de elementos o cuerpos, pueden destinarse a transportes públicos como el colectivo u ómnibus con el propósito de garantizar el acceso de personas que sufran discapacidades motrices. Por la importancia de esta clase de construcción y el fin social que poseen, es posible encontrar rampas tanto en espacios públicos como privados (hoy en día, es posible hallar rampas en edificios, teatros, plazas, veredas, cines, shoppings, etc.).
Hay, además de las mencionadas líneas arriba, rampas que se reservan para el traslado rápido de equipaje y otras de mayor magnitud que se destinan al depósito y retiro de embarcaciones.