Frente a la gran cantidad de interpretaciones, significaciones y aplicaciones que tiene el concepto de placa, resulta fundamental conocer la teoría y todas las categorías en las cuales se enmarca esta palabra para poder mejorar el lenguaje y expresarnos de manera correcta y precisa en cualquier circunstancia.

No es lo mismo, por ejemplo, una placa motora (noción que se emplea en Biología para identificar a las terminaciones nerviosas ubicadas en músculos para lograr que se reciba el impulso necesario para su contracción) que una placa tectónica (término usado en Geología para aludir a una parte semirrígida de la litosfera, de las que pueden reconocerse placas oceánicas y placas mixtas). Tampoco es igual una placa madre o base (propia de los ordenadores portátiles o de escritorio) que la placa dental (tal como se identifica a la acumulación de bacterias en la boca, un problema que deteriora a los dientes y provoca enfermedades periodontales).

Más allá de las opciones señaladas líneas arriba, es interesante saber además que existen armazones circulares que le permiten a ciertos transportes cambiar de vía o carril (placas giratorias); que en Microbiología se utiliza un recipiente conocido como Placa de Petri para realizar experimentos y observar cómo se comportan ciertos seres o germina una semilla, por ejemplo; que existe un estudio médico propio de la Radiología que se define como placa radiográfica; que determinados techos y paredes se recubren con placas anecoicas con el propósito de atenuar los ruidos y sonidos; y que cada vez son más los sitios en los cuales se instalan placas solares para aprovechar la energía del sol con el objetivo de generar electricidad.