La Real Academia Española (RAE) le atribuye al concepto de norma varios sentidos. Por un lado, define a este término derivado del latín como una regla impuesta para ajustar actividades, conductas y tareas, pero por otro lo presenta como el nombre de la escuadra que se utiliza para ajustar maderos y piedras. A su vez, lo acepta como sinónimo de precepto jurídico y le reconoce un significado distinto enfocado en la lingüística.
Por fuera de estas acepciones, existen también usos específicos del vocablo en el campo de la astronomía, la matemática, la sociología y la tecnología.
Como se puede advertir al leer los párrafos anteriores, existen múltiples clases de normas y se necesita entender bien el contexto en el que se utiliza para comprender cuál es el mensaje que se intenta dar. Por esa razón, a continuación citaremos varios tipos de normas para facilitar el proceso de identificación.
Una norma vectorial, por ejemplo, permite establecer la medida de vectores en un espacio vectorial, mientras que una norma jurídica es una orden de carácter obligatorio que dicta una autoridad competente para regular las relaciones sociales y la conducta de todo ser humano. Estas últimas, además, pueden clasificarse según sus características y alcances, como normas de orden público, de orden privado, imperativas o dispositivas.
También, al profundizar en las aplicaciones de este concepto, es posible hallar normas morales, normas ISO (un tipo de norma de calidad), normas sociales (las cuales agrupan a las denominadas normas penales y a las normas jurídicas), normas deportivas y normas religiosas, entre otras.