Los libros que leemos con fines de entretenimiento o para instruirnos sobre un tema determinado alimentan a la literatura. Este concepto, basado en el arte de la expresión mediante la palabra ya sea en su versión oral o escrita, se ramifica en múltiples categorías para hacer alusión a textos nacidos en un tiempo o lugar determinados, a obras vinculadas a una cierta temática, etc.
Si hacemos foco en el pasado, encontraremos por ejemplo muchas opciones englobadas dentro de la literatura antigua. La literatura medieval, nacida durante la Edad Media, es una de ellas, en la cual aparece un gran número de trabajos de carácter anónimo. Hay, en este marco, un amplio abanico de literatura religiosa, literatura desarrollada por el género femenino y literatura profana.
De centrar la atención en el contenido para establecer géneros y subgéneros, en tanto, es posible diferenciar entre literatura gauchesca, literatura fantástica, literatura de terror, literatura romántica y literatura de viajes. La edad a la cual están dirigidas las obras, en tanto, es fundamental para segmentar los libros en literatura infantil, literatura juvenil y literatura para adultos.
Según la nación de origen, por señalar otra variable a tener en cuenta, los textos pueden ser clasificados como literatura española, literatura argentina, literatura inglesa, literatura francesa, literatura sueca, literatura mexicana, literatura chilena, literatura italiana, literatura estadounidense, literatura china, literatura nigeriana, etc. Otra forma más genérica de englobarlas sería haciendo referencia, según corresponda, a la literatura europea, a la literatura latinoamericana, a la literatura africana, a la literatura norteamericana o a la literatura asiática.