Vivir en un estado de felicidad permanente es imposible porque existen numerosos factores que influyen en el ánimo y la condición general del ser humano (los problemas de salud, las preocupaciones laborales, los vínculos sociales que se van erosionando, etc), pero todos deberíamos esforzarnos día a día por tener la mayor cantidad posible de momentos felices.
No hay una respuesta concreta que explique en qué consiste la felicidad porque cada persona, en función de sus intereses y prioridades, tiene una visión única de este concepto. Para ciertos individuos, la felicidad plena es llegar de trabajar y compartir instantes alegres con sus familiares, mientras que otros encuentran felicidad en la acumulación material y en incrementar sus cuentas bancarias, por describir algunas realidades a modo orientativo. De todas formas, en los párrafos siguientes vamos a intentar ofrecer datos que permitan categorizar este estado e inviten a descubrir los diversos usos y aplicaciones de la noción.
Más allá de aceptarse como un nombre propio femenino (que identifica, por ejemplo, a la escritora española Felicidad Blanc y Bergnes de Las Casas), existen canciones que se titulan en español como “Felicidad”. Además, León Tolstói desarrolló en 1858 una novela cuyo nombre ha sido traducido como “Felicidad conyugal”.
Se conoce como Felicidad Nacional Bruta (FNB), por otra parte, al indicador que busca medir de manera cualitativa la calidad de vida en una región o país. Para ello indaga sobre el bienestar en materia psicológica, el tiempo disponible, el nivel de vida y la calidad de salud de los integrantes de la comunidad, por enumerar algunos campos analizados.