Hay cajones, puertas, cofres, etc. que, por cuestiones de seguridad, se cierran con llave. Para que esto sea posible se requiere una cerradura, un mecanismo fabricado en metal que permite la apertura y el cierre de algo a través del giro de una llave que hace mover al menos un pestillo. Como se deduce de la práctica, cada cerradura tiene su particularidad: conocer las alternativas disponibles y sus características permite elegir el mejor producto en función de cada presupuesto y necesidad.
Aquellas que se cierran sin llave de manera automática y poseen un pestillo de muelle, por ejemplo, se conocen como cerraduras de golpe, mientras que los dispositivos con caño giratorio y movible se definen como cerraduras de molinillo.
Las cerraduras de bombillo, en tanto, se abren con una llave con hendiduras de orientación longitudinal, así como las cerraduras de loba presentan en sus guardas dientes similares a los de un lobo.
También es posible encontrar a nivel general cerraduras de combinación (para poder abrirse con un procedimiento puntual y metodología determinada), cerraduras de dos pestillos (presentes en el picaporte y en el orificio para la llave), cerraduras de dos vueltas (en cada vuelta se activa el movimiento del pestillo), cerraduras de guardas movibles (con accesorios que vuelven más segura a la puerta), cerraduras de vuelta y media (funciona tanto como llave como de picaporte), cerraduras recercadas (aquellas que tienen su mecanismo oculto a la vista) y cerraduras guarnecidas al revés (el mecanismo queda a la vista), por describir otras que le aportan diversidad al rubro.