De todas las bebidas alcohólicas que existen en el mundo, muchos adultos prefieren al whisky, un producto que se obtiene al dejar fermentar la malta de diferentes cereales para luego destilarla.
Aquel que jamás probó este líquido o no domina demasiada información al respecto puede llegar a pensar que el whisky más caro es de mejor sabor, pero quienes disfrutan esta bebida y saben apreciar sus bondades aseguran que no siempre pagar más es sinónimo de calidad o de un buen trago: depende de las particularidades del whisky y las preferencias personales de quien lo disfruta.
A diario pueden encontrarse, por ejemplo, personas que prefieren el ya mencionado whisky de malta antes que el whisky de grano, así como también hay mucha gente que hace foco en las combinaciones de la bebida antes de solicitarla.
Sobre esta cuestión de la variedad hay que decir que, desde que se hizo masivo el consumo de whisky, comenzaron a popularizarse expresiones en inglés que permiten identificarlos por su origen y composición. De este modo, entonces, se habla de ‘blended malt’ o ‘vatted malt’ cuando se trata de whiskies mezclados, mientras que se los presenta como ‘single malt’ si la destilería es una pero las sustancias proceden de diversos barriles.
De Irlanda proviene en exclusiva el ‘pure pot still’ y de Escocia el bautizado, simplemente, como whisky escocés. Claro que hay también whiskies canadienses, estadounidenses, indios, españoles, franceses, alemanes, ingleses y japoneses, entre otros que se exportan a nivel mundial y le aportan variedad a la industria del whisky.