Hay palabras que, al tener múltiples significados, requieren complementarse con un contexto que ayude a entender a qué cuestión refieren en ese determinado marco. Este es el caso, por ejemplo, de UPS, una sigla con más de una finalidad.
Al rastrear las definiciones aceptadas para este término que funciona como abreviatura aparecen nombres de instituciones, agrupaciones políticas y empresas (entre las cuales se incluyen la Universidad Pontificia Salesiana, el partido político español Unión del Pueblo Salmantino y la firma estadounidense United Parcel Service, por nombrar algunos) pero también se descubre la existencia de un dispositivo capaz de brindar energía eléctrica a máquinas usadas en medicina, diversas industrias o en el campo de la informática que, en inglés, se conoce como Uninterruptible Power Supply.
A fin de adaptarse a distintos equipamientos y circunstancias, estos elementos identificados con la sigla UPS se comercializan en una amplia gama de variantes. Así, entonces, es posible hacer uso de UPS activo de corriente continua (dispositivos que no necesitan el funcionamiento de un convertidor entre la batería y la carga) o de UPS pasivo de corrientes alternas (funcionan con la ayuda de un inversor que convierta las señales continuas de la batería en una alterna).
Las opciones, lejos de limitarse a las mencionadas, también abarcan la posibilidad de trabajar con un sistema de “estado de espera” (a base de 2 circuitos), con herramientas online o con un dispositivo conocido como SAI con volante de alta inercia (en él, la energía es conservada mediante la técnica del almacenamiento cinético).