Al consultar en el diccionario de la Real Academia Española (RAE) el significado de la palabra turbina, es posible hallar dos definiciones. En primer lugar, se informa que este término que deriva del vocablo latino turbo permite identificar a una rueda de tipo hidráulico en la cual el agua es recibida por la zona céntrica y despedida de forma tangente a la circunferencia para aprovechar al máximo el alcance de la fuerza motriz.
Al mismo tiempo, se acepta como un segundo significado describir a la noción de turbina como el tipo de maquinaria que posee un mecanismo apropiado para convertir en energía mecánica a la presión y la fuerza de los fluidos que llegan a ella.
Cuando se profundiza en estos equipos se advierte que hay varias clases de turbinas, las cuales a su vez pueden segmentarse en diferentes subgrupos. Así, entonces, podemos reconocer a las turbinas de tipo hidráulico (conjunto donde se agrupan las turbinas de acción y de reacción) y a las turbinas térmicas (en las cuales los fluidos experimentan una modificación de su densidad al momento del proceso, como ocurre con las turbinas a vapor, las turbinas a gas y las turbinas de alta, media y baja presión).
Asimismo, resulta interesante mencionar la existencia de otros mecanismos similares, como ocurre con las turbinas eólicas (capaces de transformar la energía proveniente del viento en otro tipo de energía, como eléctrica o mecánica) y de las turbinas submarinas (equipos que generan energía eléctrica a partir del aprovechamiento de la energía obtenida del entorno submarino).