El concepto de tarima se reserva a la descripción de un suelo de características similares a las del parqué, aunque posee placas más grandes y de mayor grosor, a las cuales se aconseja proteger con barniz para incrementar su vida útil y su resistencia. Asimismo, informa el diccionario de la Real Academia Española (RAE), se identifica como tarima al pavimento o estructura entablada que tiene una elevación de altura variable respecto al resto de la superficie.
Cuando las tablas de madera no se pegan ni se clavan al soporte que les da firmeza, señalan los expertos en estas cuestiones, se habla de tarimas flotantes. De acuerdo a los materiales utilizados para su fabricación y las particularidades que presenten, es posible distinguir varias opciones de tarimas flotantes: unas de madera multicapa (compuestas por un tablero para garantizar la estabilidad y al menos dos capas de madera tratadas en materia hidrófuga, entre otros detalles distintivos) y otras de carácter macizo (maderas que se conectan entre sí, por lo general, con el sistema tipo clip aunque hay más alternativas), por mencionar dos a modo de referencia.
Distinto es el caso de las maderas que se destinan al desarrollo de un instrumento musical contemplado en el grupo de la percusión de tipo idiófono ya que, para este tipo de tarima, se pueden utilizar tanto maderas blandas como duras.
Otras categorías y variedades que extienden el alcance de la noción y diversifican al término: tarimas recicladas, tarimas tecnológicas para ambientes exteriores, tarimas industriales, tarimas plásticas, tarimas de aluminio.