Los amantes de las pastas encuentran en los tallarines una opción interesante para satisfacer su apetito. Estos fideos, según se advierte al buscar información detallada sobre ellos, son largos, en forma de tira y pueden elaborarse con diversos ingredientes, dando lugar a apariencias, sabores, grosores, texturas y platos diversos.
Muchas salsas y acompañamientos pueden ser parte de un menú que incluya tallarines (palabra que tiene su origen en el vocablo en italiano tagliarini). Los menos exigentes tal vez se conformen con tallarines con manteca y queso, pero también existe gente dispuesta a deleitarse con tallarines al fileto, tallarines con salsa blanca, tallarines caseros con estofado, tallarines con salsa rosa, tallarines a la boloñesa, tallarines con mariscos o con tallarines con salsa cuatro quesos, por mencionar algunas opciones que suelen consumirse a nivel internacional tanto en los hogares como en los restaurantes. Asimismo, hay en este rubro fideos especiales de tipo tallarín (que, al igual que todos los demás, pueden cortarse a cuchillo de forma manual o ser pasados por máquina) que son aptos para celíacos.
De analizar la composición de estos fideos, por otra parte, es posible encontrar otras variantes que le aportan diversidad a esta opción que seduce tanto a niños y jóvenes como a adultos y a ancianos. Tallarines al huevo, tallarines verdes, tallarines de morrón, tallarines anaranjados elaborados con calabaza… como resulta evidente, se trata de un alimento que puede prepararse con diferentes materias primas y sorprender con sabores poco comunes para evitar el acostumbramiento y adaptarse a las exigencias de toda clase de consumidor.