Los médicos diagnostican sinusitis cuando detectan en un paciente un cuadro inflamatorio de los senos paranasales y de la mucosa de la nariz. Este panorama, dicen los expertos, puede deberse a una reacción alérgica, a una infección de origen viral o bacteriano o bien a una mezcla de factores.
Las secreciones continuas, la tos, las obstrucciones nasales, la fiebre y dolor en distintos puntos del rostro son parte de los síntomas que experimenta la persona que padece sinusitis.
Según cuánto se prolongue esta afección, se tratará de un cuadro de sinusitis agudo (el cual no se extiende por más de cuatro semanas); de una sinusitis subaguda (si se mantiene entre cuatro y doce semanas) y se clasificará como crónica si la situación persiste a lo largo del tiempo. En este último caso, adquieren relevancia otras dos categorías: una es la de sinusitis crónica hiperplásica (si aparecen pólipos nasales) y la otra, la de sinusitis crónica sin pólipos.
Cabe resaltar, además, que es común la aparición de sinusitis tras el desarrollo de un cuadro de rinitis, razón por la cual es habitual que se emplee en la mayoría de los casos la expresión rinosinusitis. En función de los resultados que arrojen los estudios a los cuales se somete al paciente para determinar qué tiene la persona que consulta al profesional, cuál es el origen de la patología y con qué particularidades se presenta el cuadro, además de los diagnósticos mencionados líneas arriba se podrá ratificar o descartar si se trata, por ejemplo, de una rinosinusitis fúngica alérgica.