Tipos de sales


Al pensar en el concepto de sal, uno inmediatamente recuerda a las minúsculas partículas de color blanco que se le añaden a las comidas a modo de condimento y a las cuales los expertos en Química definen como cloruro de sodio. En este contexto, es posible reconocer variedades como la sal marina, la sal refinada, la sal gruesa, la sal de mesa y la sal ahumada, pero el término no se limita a identificar a este producto que le otorga a los alimentos un sabor salado. También, claro está, se acostumbra pensar en la sal propia del mar, que queda impregnada en la ropa, el cuerpo y toda clase de objetos al entrar en contacto con el agua o por acción del viento que la arrastra.

SalesSi uno repasa el uso que se le da en español a esta noción, no tardará en advertir que no se la menciona sólo en Química o en Gastronomía. En países como México y República
Dominicana
, por citar una referencia concreta, este vocablo se puede interpretar como
desgracia, adversidad, mala suerte o desdicha.

A partir de las múltiples definiciones, por lo tanto, se pueden distinguir diferentes clases de sales, entre las cuales aparecen las sales de baño, la sal amoniacal, las sales de nitro, la sal prunela, la sal tártara, las sales minerales (que pueden, a su vez, encontrarse precipitadas, ionizadas o relacionadas a moléculas de carácter orgánico), las sales biliares y la sal ácida, por citar otras alternativas que le otorgan diversidad al concepto.