Se dice que cuando algo logra resolverse o se encuentra una solución para un inconveniente se tiene una resolución (“Todavía no trascendió la resolución del caso”, “Se aguarda la resolución del conflicto”). Esta palabra, derivada del vocablo en latín resolutĭo, no sólo se utiliza para describir esa clase de cuestiones: ¿querés saber qué más significa y en qué otros contextos aparece? Entonces no dejes de leer los párrafos siguientes…
Según se advierte al consultar el diccionario de la Real Academia Española (RAE), la idea de resolución también hace referencia a una actividad; a la energía o atrevimiento para desarrollar una acción; a un decreto o fallo de carácter judicial y a detalles o aspectos abordados desde diversas áreas, como la Física, la Medicina, el Derecho y la Fotografía, entre otras.
Para terminar de comprender cómo se usa este concepto, no hay más que hacer foco en las aplicaciones de este término y descubrir cómo puede llegar a ser clasificado en base al ámbito donde sea aprovechado.
Los abogados, por ejemplo, pueden hablar de resolución judicial firme frente a un fallo definitivo (es decir, que no puede ser apelado), mientras que los fotógrafos suelen hacer referencia a la resolución de las imágenes que toman. Algo similar ocurre con los diseñadores gráficos, que toman en cuenta el factor de baja o alta resolución para descartar o aprobar materiales fotográficos.
Otras clases de resoluciones que demuestran el alcance extenso de la noción: resolución de problemas, resolución de pantalla, resolución administrativa, resolución contractual y resoluciones ópticas, por citar algunas más.