Se conoce como petróleo (palabra derivada del latín
petrolĕum) a un líquido de procedencia fósil compuesto por diversas clases de hidrocarburos. Esta sustancia, de carácter oleaginoso y propiedades inflamables, constituye un recurso natural que no puede regenerarse, razón por la cual se la clasifica como no renovable.
De acuerdo a cómo se origine este material del cual pueden obtenerse productos como nafta y querosén, y las particularidades que posea, es posible hacer referencia a diferentes variedades de petróleo.
Según los expertos, hay petróleos crudos que se toman como referencia (tales los casos de los denominados Brent Blend, West Texas Intermediate, Dubai y Tapis) y otros que, si contienen una escasa cantidad de azufre e incluyen dióxido de carbono y sulfuro de hidrógeno, reciben el nombre de “crudos dulces”. Si el compuesto posee una concentración mayor a 0,5 por ciento de azufre, en cambio, se lo presenta como petróleo crudo agrio.
Por otra parte, si se hace foco en la densidad del material, se podrá hacer mención a los petróleos ligeros o livianos (cuya gravedad según el criterio de American Petroleum Institute (API) supera los 31º y hay en ellos una escasa concentración de ceras); medios (cuando la gravedad del líquido oscila entre 22,3º y 31,1º API); pesados (si se detecta una gravedad de entre 22,3º y 10º API, se trata de petróleos más viscosos, densos y con mayor peso molecular respecto a los crudos ligeros) o extrapesados (categoría que engloba a los petróleos con menos de 10º API de gravedad).