Tipos de operaciones bancarias


Toda persona mayor de edad que se acerque a una entidad bancaria para realizar cualquier tipo de trámite vinculado al depósito, transferencia o retiro de dinero es parte de un sistema donde entran en juego diversos factores y opciones que varían de acuerdo al perfil de cada cliente y a las condiciones impuestas por cada banco.

Claro que, más allá de esas particularidades que incluso difieren de un país a otro, existen operaciones bancarias convencionales, como las que se llevan a cabo para dejar una determinada suma de dinero en una cuenta que puede ser corriente o una caja de ahorro. Asimismo, se pueden efectuar depósitos a plazos fijos. Estas actividades que pueden ser concretadas por personas físicas y personas jurídicas, dicen los expertos en cuestiones financieras, se denominan operaciones de carácter pasivo.

Las operaciones activas, en cambio, son aquellas que permiten poner el dinero en circulación y que llegan al cliente a través de préstamos que se otorgan con la condición del pago de un determinado interés, la autorización para acceder a un crédito o el otorgamiento de un anticipo, entre otras alternativas.

Cabe resaltar que, además de las mencionadas líneas arriba, hay operaciones neutras (también denominadas operaciones de servicios) que complementan a las prestaciones tradicionales ofrecidas por cada entidad sin llegar a asumir por ellas una posición deudora ni un rol de acreedor.

Bajo otra clasificación más descriptiva y general, podemos hablar de operaciones bancarias de depósito, de operaciones bancarias de intermediación y de operaciones bancarias basadas en el financiamiento.