El concepto de océano (palabra derivada del latín oceănus) hace referencia indirecta a la inmensidad del mar ya que cada subdivisión de este cuerpo de agua que se extiende por casi toda la superficie de la Tierra está identificada como océano.

Como por lo general en la vida cotidiana sólo nos limitamos a citar los nombres de los océanos y no centramos la atención en sus particularidades, en esta oportunidad describiremos algunas características de cada uno de ellos para conocerlos mejor.

Así, entonces, podremos aprender que no todos poseen el mismo grado de profundidad y que el más grande de todos es el Pacífico, océano que se conecta con el Atlántico por medio de tres espacios o pasos: el Estrecho de Magallanes en América del Sur, el Pasaje de Drake (paso que separa a Sudamérica de la Antártida) y el Canal de Panamá.

Tras los océanos Pacífico y Atlántico se encuentra, en tercer lugar, el océano Índico. Por su extensión, este último está presente en África del Este, Asia del Sur, Oriente Medio, Australia y el sureste de Asia.

Al enumerar los océanos no se puede pasar por alto la existencia de otros dos océanos que están bordeados de forma parcial por archipiélagos y continentes: el Antártico y el Ártico.

Ahora que ya hemos aportado algunas precisiones que permiten entender mejor la noción de océano, resulta interesante resaltar que el vocablo no sólo se aplica a cuestiones relacionadas a la geografía. De ampliar el horizonte, uno puede descubrir que Océano también puede ser el nombre por el que se conoció a un dios griego o bien ser la identidad de un grupo musical de origen estadounidense.