Los molinos, según establece la teoría, son máquinas cuyos movimientos, generados por una determinada fuerza motriz que puede proceder del vapor, del viento, del agua o de otros agentes mecánicos, permiten moler algo. También son artefactos que, gracias a un mecanismo particular, pueden laminar, machacar, estrujar o quebrantar un cierto material a fin de conseguir múltiples objetivos.

Existen desde hace mucho tiempo numerosas clases de molino, algunas de las cuales vamos a describir a continuación para ayudarlos a ampliar sus conocimientos sobre el tema.

El molino de viento, por ejemplo, tiene un funcionamiento activado precisamente por el viento al cual las aspas convierten en energía mecánica, mientras que el aparato que aprovecha la energía de las mareas para activarse se identifica como molino de marea. Antes también había molinos accionados a partir de la fuerza realizada por animales, pero por fortuna estos equipos bautizados como molinos de sangre han ido desapareciendo del planeta para evitar el sufrimiento de los ejemplares puestos a trabajar, que por lo general eran bueyes o mulas. El agua, en tanto, es fundamental para accionar a los molinos hidráulicos, así como también existen los molinos de martillos, los molinos de barras, los molinos con energía química o energía eléctrica y los molinos de bolas.

La máquina empleada para limpiar los granos de arroz y poder quitarles la película que los recubre, por describir otra posibilidad a modo de referencia, se describe como molino arrocero. A fin de moler granos de café, asimismo, se utilizan los molinos o molinillos de café, los cuales pueden ser de funcionamiento manual o eléctrico.