A la hora de elegir un arte marcial, mucha gente elige al karate, un arte de defensa de origen japonés que se basa en golpes secos efectuados con los pies, los codos o los bordes de las manos.

Hay dentro de esta disciplina numerosas modalidades que se practican a toda edad. El estilo Shito-ryu que el maestro Kenwa Mabuni fundó en 1931 abarca, por ejemplo, al sistema Demura-Ha Shito-Ryu, uno de los más practicados en suelo japonés.

Chojun Miyagi, en tanto, fundó el estilo conocido como Goyu Ryu (cuyas variantes se caracterizan por tener cualidades chinas), mientras que Tatsuo Shimabuku combinó en el estilo Isshin-Ryu las características del Goju Ryu, el Shorin Ryu y la utilización de armas tradicionales.

Distinto es el caso de la forma de competición bautizada como Koshiki Karate, un sistema de lucha de contacto que hace foco en la técnica y en la seguridad para los competidores, quienes tienen permitido por ejemplo lanzar patadas y puñetazos cerca de la fuerza total. El maestro Masatoshi Oshiro, por su parte, propuso el sistema de pelea popularizado como Karate Seiguio Ryu, una modalidad que conjuga técnicas de karate, de lucha libre, de kung fu y de judo, entre otras disciplinas, para el combate y la defensa personal.

El estilo de karate definido como Naha-Te que impulsó Kanryo Higaonna, la modalidad de karate-do bautizada como Nihon Koden Shindo Ryu que promovió Hiroyuki Hamada y la variante de origen japonés Shotokan que propuso el maestro Gichin Funakoshi son otras alternativas a tener en cuenta al investigar los alcances y diversidades del karate.