Las joyas son accesorios muy valorados y usados desde tiempos remotos. Muchas culturas desarrollaron la joyería utilizando metales y piedras preciosas.
Símbolos de poder, arte, riqueza y protección, las joyas sobreviven al paso de los años para embellecer las figuras de hombres y mujeres con collares, pendientes, brazaletes, pulseras, anillos y coronas, entre otros elementos.
A la hora de clasificarlas, se las puede analizar a partir de los productos empleados como materia prima. Así, entonces, encontramos joyas metálicas (realizadas con metales preciosos donde aparecen, por ejemplo, la plata y el oro) y joyas no metálicas (son piedras preciosas mejoradas y talladas por los joyeros). La modalidad de venta, en tanto, permite diferenciar los grupos de joyas al por mayor, joyas por catálogo y joyas de venta minorista, mientras que su fecha de creación y su diseño pueden dar lugar a categorías como las de joyas clásicas, joyas antiguas, joyas modernas, joyas artesanales, etc. Cuando se trata de piezas pertenecientes a una familia real, asimismo, se las conoce como joyas de la Corona.
De repasar las definiciones de esta palabra, advertiremos además que se aprovecha la noción para describir a toda persona u objeto de gran valor. En este marco, libros clásicos pueden ser presentados como “joyas literarias”, un deportista talentoso puede ganarse la descripción de “joya del deporte”, las películas de culto pueden encuadrarse en la categoría de “joyas del séptimo arte”, un vehículo de alta gama o uno antiguo conservado en excelentes condiciones puede ser considerado una “verdadera joya”, etc.