El concepto de investigación está relacionado a la acción y efecto de investigar, razón por la cual puede aplicarse y cobrar sentido en distintos contextos.

Cuando se trata de averiguaciones que se llevan a cabo sólo con el propósito de ampliar el conocimiento científico y no se persiguen fines prácticos, por ejemplo, se habla de investigación básica, pero si se opta por aplicar los datos recopilados para beneficiar a la sociedad, entonces se la define como investigación aplicada.

También existen clases que reciben el nombre de investigación analítica (procedimiento basado en la comparación de variables entre grupos de estudio y de control) e investigación de campo (la cual busca comprender y resolver interrogantes determinados a través de alternativas como la investigación censal y la investigación de caso).

Cabe destacar además que esta herramienta que permite acceder a múltiples conocimientos vinculados a distintos ámbitos se puede describir en función de su desarrollo y propiedades. De este modo, surgen subcategorías como las de investigación cuantitativa, investigación cualitativa, investigación descriptiva e investigación predictiva, entre otras.

La investigación proyectiva (la cual apunta a buscar respuestas a preguntas relacionadas a eventos hipotéticos del futuro o a interrogantes del pasado a partir de datos actuales), la investigación tecnológica (aquella que aprovecha el conocimiento científico para originar a partir de él tecnologías blandas o duras) y la investigación histórica (proceso que se desarrolla en base a fuentes primarias y secundarias y abarca no sólo la historia sino otras disciplinas de las cuales se puedan investigar experiencias pasadas) son otros tipos de investigaciones.