Se conoce como hormigón al material que se forma al mezclar piedras con cemento, agua y arena. Por lo general, este producto se emplea combinado con otros elementos en obras de arquitectura e ingeniería.
De acuerdo a las características que presente y cómo haya sido elaborado, el hormigón se encuadra en distintas categorías. Si es resultado de la combinación de cemento, agua, grava y arena, por ejemplo, se lo presenta bajo el nombre de hormigón ordinario, pero si se trata de una mezcla con armaduras de acero se habla de un hormigón en masa, el cual sólo está indicado para casos de resistencia frente a compresión.
Las opciones también incluyen al hormigón armado (el más común de todos ya que es apto para resistir esfuerzos de compresión y tracción), al hormigón pretensado (el cual posee una armadura de acero especial sometida a tracción), al hormigón ciclópeo (producto que se compone de piedras de grandes dimensiones), al hormigón sin finos (carente de arena, sólo armado con árido grueso), al hormigón aireado o celular (variedad que se logra al incorporar aire o gases derivados de reacciones químicas) y al hormigón de alta densidad (hormigón pesado que se utiliza para blindar estructuras y brindar protección frente a la radiación).
De profundizar en el concepto para obtener datos sobre todas las clases existentes de hormigón, es posible descubrir, además de las mencionadas, alternativas como las del hormigón impreso (tipo de pavimento que recibe un tratamiento superficial sobre el hormigón fresco), hormigón postensado (aquel que, tras ser vertido y fraguado, es sometido a esfuerzos de compresión a través de armaduras activas montadas en vainas) y hormigón proyectado (proceso por medio del cual el hormigón comprimido es proyectado a alta velocidad a fin de conformar elementos estructurales y no estructurales en edificaciones).