Tipos de grasas


A lo largo de la historia se le han atribuido al término grasa numerosos significados, razón por la cual a continuación describiremos cada una de esas acepciones para enriquecer el lenguaje y ayudar a comprender en qué contextos puede adquirir relevancia este vocablo.

Así como en ciertas circunstancias grasa es el sebo de un animal, para la bioquímica sirve como nombre genérico de aquellas sustancias orgánicas que se componen de ácidos grasos y glicerina. En países como Argentina y Uruguay, además, se lo utiliza de modo despectivo para hacer referencia a los individuos de hábitos y preferencias vulgares.

A esta expresión también se la asocia a la condición del cabello o de la piel que presenta un notorio exceso de grasa.

Tal vez por la importancia que le ha dado la ciencia a esta palabra, el segmento que más profundiza en la noción es el de la bioquímica. En este marco, ‘grasa’ deja de ser un término genérico para ramificarse en categorías específicas que brindan mayores precisiones acerca del material que se describe. De este modo, es posible identificar a las grasas saturadas (como las que se hallan en el tocino y en la manteca de cacao), las grasas insaturadas (como las que se presentan en el aceite de oliva, de girasol y/o de maíz), grasas monoinsaturadas (como las presentes en el aguacate y en el aceite de oliva), grasas poliinsaturadas (como las de las semillas oleaginosas y las de algunos frutos secos como la nuez y la almendra) y las grasas trans (como las de la manteca vegetal y la margarina).