Mucha gente de diferentes nacionalidades ha fallecido como consecuencia de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y una gran cantidad de personas recibe hoy en día tratamiento para este mal que afecta en mayor proporción a aquellos que tienen el hábito de fumar.
Las investigaciones sobre el tema indican que, aunque son más los hombres que fallecen por esta causa, generalmente no se diagnostica bien en tiempo y forma a las mujeres. A raíz de esto se calcula que, al menos en territorio español, más del setenta por ciento de quienes experimentan síntomas de EPOC desconocen su condición debido a diagnósticos incorrectos.
Informarse, prestar atención a las señales del cuerpo y consultar al médico son acciones fundamentales para poder saber o descartar si se padece EPOC. Además, hay que tener en cuenta que el nivel de gravedad varía y, con él, cambian las maneras de abordar la enfermedad. En todos los casos, vale la aclaración, es aconsejable dejar de fumar para aliviar las crisis respiratorias.
Al respecto, es necesario resaltar que hay personas con EPOC leve que sufren una limitación casi imperceptible de la cantidad de aire, otras con grados más avanzados que permiten establecer casos de EPOC moderados (evidencian en esta etapa falta de aire y mucha tos) y, ya en las instancias más preocupantes, hay pacientes con EPOC grave (el individuo se fatiga, empeora su calidad de vida, las exacerbaciones son frecuentes) y hasta muy graves (se comprometen los vasos sanguíneos y el corazón, entre otros problemas que ponen en riesgo la vida). Los expertos en el tema también clasifican cada etapa como un estadio GOLD (I equivale a leve, II a moderado, III a grave y IV a muy grave).