A lo largo de nuestra vida debemos tomar toda clase de decisiones para, a través de ellas, armar nuestro camino y avanzar hacia el objetivo que nos planteamos o llegar al lugar donde queremos estar.
Las decisiones son resoluciones y determinaciones que, en algunos contextos, se toman de manera individual y afectan a la vida de uno mismo. En otros casos, son disposiciones grupales que afectan a uno o más individuos y, asimismo, existen situaciones donde alguien (o un conjunto de gente capacitada) decide o influye sobre la realidad de otro ser.
Cuando se habla de decisión de Rota, por ejemplo, se alude a la sentencia que, en Roma, emite el tribunal de la Sacra Rota. La decisión por consenso, en tanto, requiere el consentimiento de la mayoría de los involucrados para tomar una determinación.
Asimismo, hay decisiones personales que se toman de modo íntimo y personal, tomando en cuenta las propias pretensiones y el consejo de la gente querida. Por ejemplo: hay decisiones sobre qué empleo aceptar o rechazar, qué carrera seguir para tener una profesión, si conviene más seguir estudiando o dedicarse exclusivamente al trabajo, si casarse o tener un hijo en el corto plazo o postergar estos planes, etc.
Las decisiones grupales, en cambio, pueden condicionar la realidad de alguien en particular o determinar el comportamiento de todos los participantes en la deliberación. Las decisiones tomadas en grupo pueden enfocarse en infinitos temas: desde un grupo de amigos que elige un destino turístico para ir de vacaciones hasta los directivos de una empresa que deben resolver cuestiones corporativas con decisiones acertadas para propiciar el crecimiento de la firma.