El café, esa deliciosa infusión que se obtiene a partir de las semillas tostadas y molidas del cafeto se presenta, para satisfacción de aquellos que disfrutan a diario de esta afamada bebida, en múltiples versiones.

Una variedad de café que se consume en países como Argentina, España, Costa Rica y Francia es el torrado (resultado de un proceso de tostadura que incluye azúcar y temperaturas cercanas a los 200 grados centígrados para mantener por más tiempo los aromas y sabores naturales), mientras que el café bombón es resultado de una mezcla con leche condensada.

El frappé, asimismo, es aquel que presenta espuma y hielo y se obtiene a partir de café instantáneo atomizado. El llamado café liégeois, por otra parte, es un postre helado elaborado a base de café dulce, helado de café y crema chantilly.

El universo cafetero, además, se nutre de propuestas como el tradicional café expreso surgido en Italia (el cual permite, por ejemplo, desarrollar la versión de cappuccino), el café moka, el café gourmet y el café arábigo (también denominado turco) que se prepara con café molido y posee una consistencia espesa.

Cabe destacar que el término ‘café’ no sólo se utiliza para hacer referencia a la bebida o al producto que se vende molido o en granos, sino que también se emplea en ocasiones para mencionar a los establecimientos gastronómicos donde se comercializa esta infusión. El vocablo, lejos de tener limitado su significado, sirve además para conceptos como café literario o filosófico (nombre con el que se describe a las reuniones intelectuales que se llevan a cabo en sitios públicos).