El almacenamiento surge, en distintos ámbitos, como consecuencia del acto de acumular, conservar, almacenar algo en un determinado lugar por un cierto periodo de tiempo.

No siempre el objeto de almacenamiento es un elemento físico que se puede tocar, como ocurre por ejemplo con el almacenamiento de mercadería (en este marco, se puede diferenciar entre almacenamiento de frutas, almacenamiento de insumos agrícolas, almacenamientos refrigerados de lácteos y/o carnes). Por eso, hoy hemos optado por describir el concepto y enumerar sus clasificaciones para que ustedes puedan ampliar sus conocimientos y lograr de este modo un mejor dominio de este vocablo muy presente en rubros como el de la Informática, por citar un área de aplicación.

Al buscar referencias puntuales, adquieren relevancia las categorías de almacenamiento de datos (que entre las opciones que ofrecen incluyen el almacenamiento en la nube) y almacenamiento de energía (para lograrlo hay métodos electroquímicos, térmicos, mecánicos, etc). También es posible descubrir las particularidades del almacenamiento óptico, sacar beneficios del sistema de almacenamiento de calor, conocer cómo es y para qué sirve el almacenamiento muerto que tienen en cuenta los programadores, saber en qué consiste el almacenamiento magnético y aprender de qué se trata el almacenamiento geológico profundo, una expresión relacionada a los residuos nucleares de actividad elevada.

Además de las alternativas enumeradas líneas arriba, se puede tener en cuenta en diferentes contextos al almacenamiento subterráneo de hidrógeno, al almacenamiento energético en red, al almacenamiento temporal, al almacenamiento masivo, al almacenamiento jerárquico o al almacenamiento compacto, por agregar otras alternativas a modo orientativo.