Las algas son plantas talofitas que viven, por lo general, en medios acuáticos (tanto dulces como marinos) y que pueden ser uni o pluricelulares. En ellas es frecuente detectar clorofila mezclada con otros pigmentos de colores que la disimulan.
Estos organismos que pertenecen al reino protista pueden ser identificados, en función de sus características, como parte de diversas divisiones y clases. Así, pues, es posible hablar de algas procariotas y eucariotas, además de agruparlas como microalgas (protistas fotosintéticos de estructura celular sencilla que se destacan como conversores de la energía solar) y macroalgas (tipo alga marina multicelular que suelen ser, por lo general, marrones o rojas).
Dentro del primero de los conjuntos mencionados se encuentran las denominadas algas verdeazuladas o azules, mientras que al observar el segundo se pueden hallar a las algas doradas, las algas pardas (también llamadas feofitos o paeofitos), las diatomeas, las algas rojas y a las algas verdes.
Cabe destacar que las algas resultan interesantes para el ser humano ya que ellas le permiten producir biocombustibles, armar propuestas gastronómicas y realizar tratamientos estéticos con fines hidratantes y antioxidantes. Entre las algas comestibles se encuentran el kombu (el cual forma parte de platos japoneses como el sashimi, el seitan y el dashi de kombu), el nori (variedad que se emplea en la preparación del onigiri y el sushi), el gim (abundante en la gastronomía de Corea), el laver (alga que posee un nivel alto de sales minerales) y el aonori (utilizado para sopas japonesas, tempuras, nori y tsukudani), por citar sólo algunas.