Las princesas no existen solamente en el plano de la ficción: también existen princesas de carne y hueso que forman parte de la realeza. En la monarquía británica es común que la hija mayor del rey sea considerada una princesa real, mientras que en territorio español, la mujer que contrae matrimonio con el príncipe de Asturias recibe la denominación de princesa consorte de Asturias, por señalar dos casos concretos a modo de referencia.

Muchas niñas, hechizadas por la bella imagen y la dulzura y valentía de las princesas que aparecen en cuentos y películas, sueñan con ser como ellas y entonces usan vestidos y peinados especiales para imitarlas. A diario, se suele considerar que una niña es una princesa cuando es linda, educada, respetuosa y amable.

Al analizar los orígenes y particularidades de esta clase de mujeres que, por definición, son hijas de un rey, comprobamos la existencia de princesas orientales y princesas occidentales, de princesas guerreras y princesas góticas y de princesas de tez blanca y de tez oscura, por detallar algunas posibilidades.

Asimismo, es interesante tener en cuenta que hay princesas más famosas y queridas que otras, tanto en el mundo real como en el de fantasía.

La joven Leonor de Borbón, la primera hija que tuvieron Felipe VI y Letizia Ortiz, por ejemplo, es en la actualidad la princesa de Asturias, mientras que años atrás Diana Spencer, quien fuera la primera esposa del príncipe Carlos, perteneció a la Corona británica en el rol de princesa de Gales.

Dentro del universo Disney, por otra parte, el grupo de las princesas está integrado por Ariel, Rapunzel, Jasmín, Blancanieves, Mérida y Cenicienta, entre otras.