Quienes se especializan en cuestiones vinculadas a la naturaleza definen como niveles tróficos a los grupos de organismos o especies pertenecientes a un ecosistema que comparten funciones y espacios en el marco de la cadena alimenticia. De hacer foco en la cadena trófica, descubriremos que cada eslabón representará a un cierto nivel trófico.

A escala global, es posible diferenciar entre nivel trófico inferior y nivel trófico superior.

Al profundizar nuestros conocimientos al respecto, ampliamos la información aprendiendo que, en la ya mencionada cadena trófica donde la nutrición marca la relación entre distintos seres vivos, los primeros en el orden son los productores primarios, es decir, los organismos autótrofos que, valiéndose de materia inorgánica, generan materiales orgánicos.

Tras ellos aparecen los heterótrofos, los cuales cumplen la función de consumidores. Según las características que presenten en cada caso, se los puede clasificar como consumidores primarios (se nutren de manera directa de los productores primarios), consumidores secundarios (aquellos que, además de alimentarse en base a los consumidores primarios, se desempeñan como productores terciarios), consumidores terciarios (productores cuaternarios que comen a los consumidores secundarios, que los preceden en la serie) y como consumidores cuaternarios (organismos que ingieren a los consumidores terciarios).

Por último, se reconoce como parte de otro nivel trófico a los descomponedores o desintegradores que aprovechan al resto de los seres vivos para conseguir energía y materia. Gracias a este conjunto se reciclan los nutrientes ya que, en este marco, la materia que fue pasando de un organismo a otro queda en condiciones de volver a ser aprovechada por los productores, arrancando nuevamente la cadena trófica.