Muchos productos que consumimos o usamos con frecuencia nos deleitan con un sabor refrescante y un aroma irresistible que surge de diversas variedades de plantas conocidas como menta. Hay en base al género Mentha caramelos, licores, postres, helados, tés, enjuagues bucales, champúes, jabones y postres, entre otras opciones que seguramente conocen y disfrutan. Además, es una alternativa muy beneficiosa en materia de aromaterapia.
La menta acuática que goza de gran popularidad en suelo europeo, por señalar un caso específico a modo de ejemplo, posee propiedades medicinales y se aprovecha para preparar infusiones y saborizar algunas comidas.
La intensidad y frescura de la hierbabuena o menta verde, en tanto, quedan al descubierto a escala mundial en aceites, bebidas, golosinas y un sinfín de platos, tanto dulces como salados. Pero todavía quedan muchas clases de menta por descubrir si uno desea aprender más sobre esta planta que crece en distintos países.
La menta brava (cuyo consumo no es recomendable para embarazadas), la menta poleo (no apta para gente con problemas hepáticos) y la menta piperita (surgida de la combinación entre la hierbabuena y la menta acuática) son otras variedades que diversifican a la familia de la menta.
Cabe destacar, por último, que hay una tonalidad cromática conocida como verde menta que debe su nombre a estar inspirada en el tono típico de las hojas de las plantas de menta. Hay prendas de vestir, calzados, objetos decorativos y hasta superficies, entre muchos otros elementos, que lucen en esta suave y bella gama de verde.