El concepto de lector refiere tanto al individuo que posee el hábito de la lectura como a los dispositivos electrónicos capaces de transformar datos a otros formatos para reproducirlos por diversos medios.
En relación a la gente que lee algo en ciertos ámbitos, es posible marcar diferencias entre lectores cinematográficos (aquellos que relatan escenas para informar al público los hechos de una película, en vez de apelar a los subtítulos o al doblaje), profesores lectores (docente no titular que aspira a conseguir la titularidad) y lectores eclesiásticos (aquellos que, en el marco de un oficio religioso, leen las sagradas escrituras).
Distinto es el caso del lector óptico, un lector de carácter electrónico que tiene la capacidad para identificar e interpretar datos gráficos, como los que posee por ejemplo un código de barras.
De buscar más alternativas que demuestren el amplio alcance de esta noción, ganarán relevancia las categorías de lectores de pantalla (una aplicación que reproduce mediante braille o sonidos el texto que se exhibe en pantalla), lectores de tarjetas de memoria (un dispositivo de almacenamiento de datos con el cual se accede a información contenida en una tarjeta de memoria, hay lectores de tarjetas multi, en serie y único), lectores de placas (instrumento propio de un laboratorio, utilizado para investigaciones y experimentos de la industria biotecnológica, farmacéutica y otras), lectores de noticias (tipo de aplicación informática para la lectura de artículos de discos de un servidor de noticias) y de lectores de CD-ROM (dispositivo que procesa información almacenada en formato de disco compacto), por describir otras a modo de referencia.