El planeta Tierra está repleto de organismos que, por carecer de columna vertebral, se nuclean en el conjunto de los invertebrados. Dentro de este amplio e interesante grupo, además, hay subcategorías que permiten diferenciar entre sí a los seres vivos en función de su hábitat, la familia a la que pertenecen, el tamaño que poseen, la clase de extremidades que tienen y el tipo de alimentación, entre otras variables.
Si viven en el agua, por detallar una posibilidad fácil de distinguir en la práctica, se los presenta como invertebrados acuáticos. A su vez, puede tratarse de un invertebrado acuático continental (propios de estanques, charcos, etc) o de un invertebrado marino (si vive en el océano, como ocurre con los cefalópodos y el gusano de tubo gigante, entre muchos otros).
De habitar tierra firme, en tanto, reciben la denominación de invertebrados terrestres, tal el caso de la lombriz, por mencionar un ejemplo sencillo a modo de referencia. Los que habitan el medio aéreo porque tienen alas que les permiten volar y desplazarse de un lado a otro por aire, por otra parte, son los invertebrados aéreos, entre los que aparecen la mariposa y el mosquito.
Es importante tener presente además que existen los invertebrados con y sin protección corporal, los invertebrados inferiores y superiores, los invertebrados venenosos, los invertebrados herbívoros y carnívoros, los invertebrados microscópicos, los invertebrados uni y pluricelulares, entre muchas otras variedades que diversifican a este conjunto. Para conocer la historia de estos organismos, además, adquieren una importancia vital los invertebrados fósiles.