A diversos antílopes de tamaño mediano que viven en áreas de sabana o rincones semidesérticos de Oriente Próximo y África se los define como gacelas. Son animales herbívoros con cuernos y patas largas que llaman la atención por su elegancia y agilidad. Lamentablemente, muchas especies de gacelas se han extinguido y otras están en serios peligros de conservación.
La variedad más común a nivel general se conoce como gacela de Thomson. Esta especie, que se organiza a nivel social en rebaños de hasta doscientos ejemplares y suele alimentarse a base de hierbas, habita en Sudán, Kenia y Tanzania.
La gacela dama, una de las familias que corre serios riesgos de extinción, reside en estepas y desiertos del norte de África. Para tratar de conservar a esta especie, se la cría en cautiverio en Marruecos y en España.
La gacela dorca o común, en tanto, puede ser avistada en desiertos de montaña, estepas y praderas de África y Arabia. Por su aspecto, aunque con un tamaño menor, recuerda a la gacela de montaña. Por su parte, la gacela saltarina de El Cabo se distribuye por Sudáfrica, Botsuana, Angola y Namibia, mientras que la gacela jirafa (también conocida como gacela de Waller) embellece con su largo cuello y sus grandes orejas el paisaje de las sabanas de África oriental.
La gacela de frente roja, la gacela blanca, la gacela de Przewalski, la gacela persa, la gacela de Soemmerring, la gacela de Clark y la gacela de Cuvier son otras especies que brindan la posibilidad de descubrir la diversidad presente dentro de esta familia de mamíferos.