En Andalucía, así como también en muchos otros lugares del mundo, hay gente que prepara y disfruta con verdadero placer una sopa fría conocida como gazpacho. Antes de complementar este artículo con detalles sobre las diferentes clases que existen de gazpacho, resulta interesante señalar que esta palabra se aprovecha además para denominar a la miga que en el campo se hace a partir de la torta cocida en las brasas o en el rescoldo y que permite, por ejemplo, elaborar gazpachos manchegos o galianos (la modalidad vegetariana de ellos, es decir, que no incluye carne, se define como gazpacho viudo).

Al buscar alternativas para deleitarse con este plato, aparece un interesante abanico de posibilidades, muchas de las cuales pueden transformarse en una excelente opción para consumir durante la época estival.

El gazpacho andaluz, una combinación entre ensalada y sopa, admite una versión de gazpacho blanco (sin tomate), otra de gazpacho verde y una tercera de gazpacho rojo (con tomate entre sus ingredientes).

En la región montañosa de la provincia de Alicante, por mencionar otra propuesta, los comensales pueden poner a prueba su paladar con gazpachos alicantinos.

Hoy en día, también es posible hallar en los supermercados gazpacho procesado, un producto de carácter industrial que se vende envasado y refrigerado.

Por otra parte, hay que tener presente que hay una modalidad de gazpacho caliente para aprovechar en invierno, como el gazpacho tostado, el gazpacho caliente malagueño y el gazpacho caliente gaditano.

Asimismo, es importante resaltar que, por fuera del territorio español, se preparan delicias como el gazpacho mexicano o moreliano, a base de verduras, frutas y queso rallado.