En numerosos contextos se hace alusión al concepto de flujo, una palabra que además de hacer referencia al acto de fluir sirve para describir diversos fenómenos y procesos.
Frente a una secreción atípica detectada en las vías genitales femeninas, por ejemplo, los médicos pueden determinar las causas de ese flujo vaginal. Pueden calificarlo en función de las características que presente como flujo blanco, flujo espeso, etc.
Muy diferente es el llamado flujo de fondos, una expresión que emplean los economistas para indicar algún movimiento financiero entre sectores influyentes o entre agentes económicos.
En el campo de la Física, por otra parte, es común que se preste atención o se trabaje sobre el flujo calórico entre zonas de un mismo cuerpo o entre distintos elementos, el flujo luminoso, el flujo radiante, el flujo magnético o sobre el flujo eléctrico.
El caudal de líquido que se observa al abrir una canilla, asimismo, da cuenta del flujo de agua en la tubería, mientras que al especializarnos en cuestiones matemáticas logramos comprender qué y cómo es el flujo de un campo vectorial o el diagrama de flujo.
Resulta interesante señalar además que los psicólogos entienden al flujo como el estado mental operativo que deja al individuo concentrado por completo en la acción que se encuentra desarrollando.
También los sociólogos aprovechan la noción para analizar los flujos migratorios que se registran en momentos y lugares determinados, así como los expertos en Informática apelan a la idea de flujo de trabajo al dirigir su atención al software propio de un trabajo colaborativo, por señalar otras alternativas que demuestran el amplio alcance del término.