Un astro, según define la Real Academia Española (RAE), es un cuerpo celeste con formas definidas. En el Universo existen astros de distintas características, razón por la cual los astrónomos han desarrollado diversas categorías para observarlos y analizarlos de manera más ordenada.
Bajo esta denominación que deriva del latín astrum pueden citarse a las estrellas (puntos luminosos que titilan por las noches y poseen energía en su interior), a los planetas (cuerpos sólidos que giran alrededor de una estrella y que se hacen visibles gracias a la luz que reflejan), a los satélites (cuerpos celestes opacos que giran alrededor de un planeta primario y sólo brillan por la luz refleja del Sol) y a los cometas (cuerpo de núcleo poco denso y atmósfera luminosa que forma parte del Sistema Solar y describe una órbita muy excéntrica).
Si bien todo lo hasta aquí descripto permite determinar que el vocablo posee, al menos en español, una gran importancia para el lenguaje propio de la astronomía, no se puede dejar de resaltar que el concepto de astro también es utilizado con frecuencia como sinónimo de estrella a nivel artístico. En este contexto, se emplea la noción de astro para describir a aquella persona que sobresale en alguna actividad. Por ejemplo: “Elvis Presley es un astro de la música” o “El Inter de Milán contrató al astro uruguayo por una cifra millonaria”.
Asimismo, se suele utilizar “astro” como sufijo para formar sustantivos con significados despectivos, tal como sucede con palabras como padrastro, musicastro o medicastro, por citar algunas.