Cuando utilizamos el ordenador y guardamos información en ese equipo generamos un archivo. Estos documentos, según indican quienes se especializan en cuestiones informáticas, se identifican con diferentes extensiones de acuerdo al contenido de cada registro.
Las extensiones de archivos complementan el nombre elegido por el usuario con una serie de caracteres que figuran detrás de un punto. Este código le permite al sistema operativo reconocer el formato, interpretar y ejecutar de manera correcta cada archivo generado.
Entre todas las variedades existentes, es posible distinguir a las extensiones de archivos indispensables para que un sistema operativo pueda funcionar bien. Para evitar fallos en el equipo, es recomendable no transformarlas ni intervenirlas. Dentro de este listado aparecen, por mencionar algunas a modo de referencia, las extensiones “.sys” correspondientes a archivos de sistema, “.exe” para aplicaciones y “.tmp”, propias de los archivos temporales.
Si se trata de un archivo de sonido (una canción, por ejemplo), de acuerdo al formato en el cual se guarde y se ejecute, habrá extensiones de audio como “.mp3” (audio digital comprimido), “.wav” (audio digital que no está comprimido) y “mp4” (audios y videos que no pierden calidad).
En el caso de las imágenes (sea un dibujo o una fotografía), también hay extensiones especiales para distinguir a cada contenido en función de sus particularidades. Las más comunes y fáciles de reconocer sin necesidad de ser un experto informático, son las extensiones “.bmp” (propia de un mapa de bits), “.jpg” (Joint Photographic Experts Group), “.gif” (imágenes con movimiento) y “.png” (Portable Network Graphics).