El concepto de emulsión está presente en los campos de la Química, la Física y la Fotografía, por mencionar algunos a modo de referencia. Para los fotógrafos, este término identifica a la suspensión coloidal a base de bromuro de plata que conforma la capa del material fotográfico que resulta sensible a la luz.
En los laboratorios, en cambio, la idea de emulsión permite describir cómo se dispersa un líquido para mezclarse con otro no miscible. La noción, como resulta evidente, tiene un amplio alcance, diferentes interpretaciones y múltiples aplicaciones.
En el ámbito médico, por ejemplo, se emplean emulsiones microscópicas para eliminar microbios y generar vacunas, así como también se trabaja con la emulsión de aquaflavina, un medicamento de aplicación tópica que se creó como solución antiséptica y que se suele recetar para combatir determinados hongos.
Los profesionales que, cámara en mano, desean trabajar con imágenes en blanco y negro apelan a las emulsiones ortocromáticas. Las emulsiones pancromáticas, por su parte, son sensibles a la totalidad del espectro electromagnético visible, razón por la cual pueden captar el tono adecuado de todos los colores.
Distinto es el caso de la emulsión asfáltica, que se genera al mezclar asfalto y emulsificantes que, combinados con agua, logran una emulsión estable apta para llevar a cabo carpetas asfálticas a menos de cien grados.
Para estabilizar emulsiones, adquiere relevancia el fenómeno de la emulsión Pickering, tal como se conoce al proceso que descubrió en 1907 el químico P.S. Pickering.
La crema de leche y la mayonesa son productos de uso cotidiano que sirven para explicar de modo sencillo qué y cómo es una emulsión.