La dirección entendida como un área desde donde se marcan las pautas para llevar adelante un proyecto, entidad o empresa y se coordinan las tareas para conseguir buenos resultados de manera eficiente da lugar a numerosas categorías. Entre ellas aparecen la de dirección administrativa (ya abordada en Tipos.com.mx) y la de dirección empresarial.
Al respecto se puede establecer que la dirección empresarial es un desafío de carácter dinámico que gira en torno a la gestión de los recursos (humanos y materiales) para cumplir con eficiencia los objetivos corporativos en tiempo y forma.
El tamaño de la compañía es fundamental para determinar si la dirección empresarial puede ser impulsada y desarrollada por un único individuo o si, por cuestiones de organización interna, se requiere una estructura más grande que se divida en niveles.
Las grandes firmas, según se advierte al examinar realidades concretas, dividen a su directorio en el departamento de Alta Dirección (los responsables máximos, habitualmente son parte de este segmento el presidente y el director general de la empresa), tienen además una Dirección Intermedia (donde se nuclean los jefes de piso o departamento, de fábrica, etc) y se complementan con una Dirección Operativa (integrada por jefes y líderes que se encargan de asignar actividades y de supervisar la tarea de cada trabajador).
En cada una de estas áreas se trabaja a partir de una planificación para trazar objetivos y establecer plazos y formas de cumplirlos, se reparten las funciones y se asumen responsabilidades diferentes para lograr una buena organización estructural, se ejecutan las acciones necesarias para concretar el plan armado, se coordina cada tarea de manera sincronizada y se lleva un control de cada sector para verificar que todo se desarrolle del modo previsto y, en caso de ser necesario, poder advertir y corregir inconvenientes.