Se conoce como dribling a un movimiento que se realiza en deportes como el fútbol y el baloncesto que también se conoce como regate. Se trata de una estrategia centrada en el desplazamiento del cuerpo que hace un jugador para evitar que un rival pueda arrebatarle el balón.
En la práctica, esta técnica que, por ejemplo, en el baloncesto consiste en ir haciendo rebotar la pelota contra el suelo con una mano permite cambiar la dirección y el ritmo de la jugada para sorprender al oponente y librarse de su marca. Cabe destacar que en este deporte, cuando un jugador desea avanzar controlando el balón es obligatorio que recurra al dribling.
Es posible distinguir en primer lugar tres modalidades de dribling, conocidas como bajo, medio y alto, que varían en función de la altura que alcance el balón.
Cuando la jugada se vuelve más compleja, se reconocen otras clases de dribling, cada una con movimientos y formas de resolución de la jugada diferentes. Hay quienes, por señalar una posibilidad, optar por el dribling con desplazamiento hacia adelante, mientras que otros lo realizan hacia atrás. Algunos, asimismo, desarrollan el dribling con sentido lateral.
De igual modo, existe el dribling con velocidad variada (a veces más rápido, otras, más lento), el dribling con detención en uno o más tiempos, el dribling con entrada en doble ritmo, el dribling cambiando de mano (o pie, según el deporte) y/o dirección y el dribling con dominio del pie de pivote, por señalar otras alternativas que demuestran la diversidad de maniobras que contempla la estrategia del dribling.