El concepto de dalia nos invita a dirigir nuestros pensamientos hacia una planta con flor, a recordar a un personaje de Pokémon, a interesarnos por rincones del mundo que han sido bautizados con esta palabra y hasta a buscar referencias sobre un lepidóptero nativo del sudeste asiático. Hay, asimismo, personas llamadas Dalia, tales los casos de la política lituana Dalia Grybauskaité, la actriz de origen cubano Dalia Íñiguez y la comediante y locutora argentina Dalia Gutmann. Y si profundizamos en los alcances de esta noción, encontraremos también como ejemplo el nombre en español de un filme estadounidense dirigido por Brian De Palma: “La Dalia Negra”. Otra alternativa es “La dalia azul”, película de 1946 que dirigió George Marshall.
Si centramos la atención en la vegetación, no tardaremos en descubrir bellas variedades de las flores ornamentales nombradas como Dalia o Dahlia, que se diferencian entre sí por formas, tamaños y colores. Dentro de este amplio y diverso conjunto aparecen la Dalia Coccinea (cuyos tubérculos fueron aprovechados por el pueblo azteca como fuente de alimento) y la Dalia Pinnata (planta perenne que llega a medir más de un metro de alto y desarrolla tallos púrpura o de tono rojizo).
Las dalias enanas, las dalias liliput, las dalias cactus, las dalias de fantasía, las dalias collettes y las dalias nenúfar son parte de este universo florido donde hay espacio para una atractiva variedad de tonos cromáticos que abarcan desde el clásico blanco hasta el violeta, el rosa, el rojo y el naranja, por indicar algunas de las posibilidades más comunes.