Las películas breves o producciones audiovisuales que no superan los treinta minutos de duración se conocen con el nombre de cortometraje.
A estas propuestas se las puede agrupar en diferentes categorías a partir de numerosas variables, tales como su trama, su origen, su año de presentación, las técnicas empleadas para desarrollar la obra, el público para el cual están dirigidas, etc.
Así, por lo tanto, es posible diferenciar entre cortometrajes para adultos, cortometrajes para niños, cortometrajes antiguos, cortometrajes modernos, cortometrajes animados, cortometrajes independientes, cortometrajes universitarios, cortometrajes subtitulados y cortometrajes mudos, por señalar algunas alternativas de modo general.
Claro que si indagamos en esta temática con mayor profundidad encontraremos muchas otras variedades para ampliar el margen de elección a la hora de seleccionar qué cortometraje disfrutar. Hay cortometrajes cómicos, cortometrajes dramáticos, cortometrajes que dejan enseñanzas, cortometrajes que han sido premiados en festivales, cortometrajes de contenido feminista, cortometrajes de suspenso, cortometrajes de terror y cortometrajes religiosos, entre otras opciones.
Asimismo, si tenemos en cuenta su origen, distinguiremos entre cortometrajes latinoamericanos, cortometrajes europeos, cortometrajes orientales, cortometrajes bolivianos, cortometrajes uruguayos, cortometrajes mexicanos, cortometrajes españoles, cortometrajes alemanes, cortometrajes franceses y cortometrajes argentinos, por marcar más posibilidades.
Otro dato interesante a tener en cuenta es que las producciones pueden catalogarse de tres maneras diferentes en función de cómo se aborde el contenido: al respecto, se puede trabajar sobre un cortometraje experimental, sobre un cortometraje de carácter documental o bien sobre un cortometraje de ficción. Excepto en el caso de la ficción y el documental, pueden surgir propuestas que combinen elementos de otras categorías, como puede ocurrir al generar un cortometraje experimental con rasgos de ficción.