Si alguna vez te ha interesado el fenómeno de la combustión y sientes curiosidad por reconocer diferentes categorías relacionadas a esta noción, esta nota te resultará útil y atractiva.
Este proceso basado en el acto de quemar o arder algo tiene aplicaciones tanto a nivel químico (por ser una reacción que involucra al oxígeno y a un cierto material o sustancia oxidable y genera desprendimientos de energía) como a nivel biológico (por describir la oxidación de alimento desde la perspectiva de un ser vivo).
Cuando investigamos en profundidad el tema podemos determinar, por ejemplo, la existencia de la combustión nuclear, tal como se conoce al grupo de reacciones de carácter nuclear que produce de modo continuo importantes niveles de calor, algo que suele advertirse en los reactores nucleares y en las estrellas. Hay centrales eléctricas, por otra parte, donde se emplea una tecnología conocida como combustión en lecho fluido.
Otra modalidad que invita a descubrir más particularidades de la combustión ocurre en algunos incendios imposibles de controlar inmediatamente, donde rápidamente las llamas se multiplican por superficies hasta entonces no implicadas a raíz de la combustión súbita generalizada.
Cabe resaltar que, si el oxígeno no alcanza y, por lo tanto, hay fragmentos del combustible que no logran reaccionar, entonces se hace alusión a la combustión incompleta.
De dirigir la atención a los seres humanos, en cambio, podremos analizar la posibilidad de la combustión espontánea humana (caso donde una persona, sin que exista un desencadenante aparente, resulta incinerada de modo repentino), un fenómeno que muchos tildan de inexistente pero que otros sectores no descartan.